Canción para mi guitarra
No es una canción para el atormentado madero
Que me acompaña
Es para la secreta guitarra
Que origina mi canto
Esa que, como el cardo
Abre una flor azul
Y deja que el viento
Se la lleve en semillas
I
La hallé de niño en el monte
Y ahorcada por las enviras
Pozo de tiempo, su boca
Conservaba todavía
Plumas que fueron de un nido
De alguna cabeza indígena
O de las alas de un canto
Que amaneció en agonía
Fue casi a boca de noche
Y en una senda perdida
Donde hasta la luz se agacha
Para cruzar fugitiva
Y un largo frío delgado
De yarará se desliza
No es una canción para el atormentado madero
Que me acompaña
Es para la secreta guitarra
Que origina mi canto
Esa que, como el cardo
Abre una flor azul
Y deja que el viento
Se la lleve en semillas
I
La hallé de niño en el monte
Y ahorcada por las enviras
Pozo de tiempo, su boca
Conservaba todavía
Plumas que fueron de un nido
De alguna cabeza indígena
O de las alas de un canto
Que amaneció en agonía
Fue casi a boca de noche
Y en una senda perdida
Donde hasta la luz se agacha
Para cruzar fugitiva
Y un largo frío delgado
De yarará se desliza
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